domingo, 28 de agosto de 2011

Palabras faltas

Me quedé sin palabras
y desde entonces,
del cielo no llueven flores
y claman las voces, que imaginarte son mis dolores,
y el llanto es el canto, de no oler tirabuzones.

Me quedé sin palabras
y desde entonces,
muere el arpa sin lagarta
que de aire llene mis pulmones,
esa trepa que me trepa, a solearme los balcones.

Y sigo aquí sin palabras
tras ya varios días,
este frío en la espalda,
con siempre cabeza vacía.

La traca final avisa,
cuando al fin corren telones,
y un aliento marcha aprisa...
Quedó sin risa. Quedó sin flores.

viernes, 12 de agosto de 2011

Lágrimas

Y los párpados se aprietan
entre sí para que caigan.

Esta noche... que te mezclas con la desgracia,
ya pasean cataratas, si mejillas de piedras tratan.

Como si todas ellas gritasen, pero en silencio callan,
y cual gotas evaporan, sacan de ti las entrañas.

Te desnutren, son la tiza,
que dibuja la metralla.
Del aire al suelo aterriza,
si ve que la bomba estalla.

No calla si deja escrita
que en papel yace mojada.
Aquí, que cuando me eriza,
veo la tinta emborronada.

Corazón que late aprisa
con el alma nadie ampara.
Esta noche son el lastre
que quiere que quiera:

A ti, mi hada.

lunes, 8 de agosto de 2011

Después de oler la vida

Es verano, y tan frío,
que cierro los ojos y me hielo.
Sin pasar de ese hilo,
y tiras de él para que venga en invierno.
Y que el infierno,
derrita el hielo de donde duermo.
Y que escondido,
me abrace el brío de aquel reflejo.

Porque te tragó,
por eso día a día beso aquel espejo.
No le doy más vueltas,
sólo yo se que estás ahí dentro.
Ensayo, no tengo oídos,
por eso te escucho tan lejos.
Ahora pinto, la playa donde nos rendimos prietos.

Que el agua del mar, dulce sabe mejor,
y tú sabes mejor que nadie. Mejor que yo.
Retales y suspiros, ese es tu sabor,
"Alardes de rayos grises"*, con fuego derretidor.

Me gustó caminar por la boca
que al sorber se mostró inerte,
descansando al filo de la copa
demostró a sí misma que se miente.

Quizá nunca precise
de calor que me convierte,
y me pregunte noche a noche
¿De qué color son mis ganas de verte?

"Color Abril es imaginar los brazo llenos.
Jugar así es sonreír, ganar el juego.
Un candil y su llama: el mejor agorero.
Mis ganas de verte: color reloj sin minutero"**

¿Qué hacer si cuando abrazo la almohada estás tú?
¿Qué hacer, si lejos de ser rosa, la gana de verte es azul?
¿Qué vivir, si al pensar en "mí" acabo pensando en "su"?
Roto el candil despierto, y sigue faltando luz.

Ya rojos quedan de no dormir,
mis ojos.
De duras, siempre a maduras,
mejillas a remojo.
Sangre que al salir escribe,
siempre escribe en rojo.
Que sabe que estás ahí,
encerrada entre cerrojos.

Es mi todo, superior a la suma de las partes.
Pinta en sí la bastilla, que tomaron aquel viejo martes.
Y martes, venus grita con oxidados alambres.
Con enredos, con mejillas, con puntillas y con enjambres.

Son alardes congelados, de una nieve que blanca arde.
Y hierve, que a pocos grados soy cobarde.
Corazón sereno, si las olas son la madre.
Entre hada y hada recita, su favorita, esta parte:

"Ya podrán fantasmas derrumbarme
y hacerse un hueco en mi nicho,
que ruina tras ruina, yo, levantaré otro castillo.
De ilusiones rotas y sueños perdidos;
De pedazos de historias y TE QUIEROS que aun no he dicho.
Y al asomarme al balcón de mis tormentos,
aullar con la voz de un grito:
¡Con sangre y vino, le daré sentido a mi camino!"***



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*Frase extraída de la canción "Con tragos de tu almohada", Álvaro Sánchez.
**Poema corto "¿De qué color son mis ganas de verte?", Álvaro Sánchez (no publicado).
***Fragmento de la canción "Sangre y vino", de Contranatura, aquella que escucho cuando como el fénix, debo resurgir de mis cenizas y alzar el vuelo, para reencontrarme contigo.