lunes, 12 de septiembre de 2011

De verde

Prado de hierba verde
que sobre débil suelo levantas,
a parpadeos sutil hermosura
llenas mis ojos de esperanza.

Verde, que alzan los mares
bajo ellos, nutren vida las algas,
como verdes de tarde en estanque
saltan de papel tus inacabadas ranas.

Son así, con follaje abultan
de primavera inscrita, de rocío mojadas,
un candil, que para mi ocultas
destacaron, sobre blanco rosadas.

Al seguir, pues, mi vil escalada
por el tronco, que al árbol asfixia,
encontré pendiente, fría y colgada
de la foto, una piedra, bajo sonrisa.

Porque no hay quien llene más brisas
que esa luz de madrugadas,
al romperse, en mañana avisa
que de oriente viene, cálido y de mañana.

Ya que sí, sobre prado levanta
el dorado de las avenas,
un abril de mi garganta
cantando a cabellos rubios penas.

Sol, que a noche espantas
y persigues golondrinas, y verbenas
eres tú quien a verde levantas
y responsabilizas un llorar de arenas.

Ya que, a los raijos bajo
de marrón, de seco, de espada,
un mármol bien frío me trajo,
el adiós de aquella mañana.

Ya acabo, y describo
un silbor que va enredado,
en el pasto que aflora esquivo
y arriba sol, que pace dorado.

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