jueves, 29 de diciembre de 2011

Última entrada. Adiós "Suelo que piso".

Se cierra el telón.
Malditos momentos,
maldita función.

Son tales los desprecios al no sentir inspiración...
luces apagadas a la tarde, bruces tras figuras de latón...

Revivan las noches en las que degradan un amor,
ardían reproches, si humilde crece una flor.

Se acabó.
No hay suelo que piso.
No hay principio ni razón.

Todo cuanto creí poder tener,
a últimos de año feneció.
Ideas, hipocresías y límites,
manjares que boca no cató.

Acabó.

Sin más curo, dejando tras evasiones la herida.
Dormir contigo una noche: lo mejor que hice en mi arrastrada vida.

"Qué más da que pida,
si con cada aventura mi salida
fue morirme sin olvidarte.

Definitivamente me oxida,
me cubra de mierda y me diga
que demasiadas cosas son pensarte."

Aun así no termina
y me recuerda que dicho suelo no es pisable.
Cabizbajo, penetrante y dichoso camina
lejos en todo momento de ser amable.

¡Qué mentira! Fundir palabras sin que parezcan mil sables.
¡Qué agonía! Yacer con otras caras y sentir francamente inestable.
¡Quién diría! Que los suelos se dejan de hacer pisables.
¡De qué valdría! Seguir siendo este miserable...

Dejar patente en la tinta que hubo en mi vida momentos,
que contigo hubiesen sido grandes.
Ahora que todo suspira, entre poco más que lamentos
los llamo martirios con toques de desgarres.

Como por una y última repita,
que el suelo que fue pisable
del revés torna la vida
y sus pies un mar de cien mares.

Rizó pues, las cochambres en lo liso
y guiso tras guiso miró al espejo, y sumiso,
partió de sus lágrimas cuando quiso
decir que por fin acabó, con diviso.

Se pudo decir que es un NO.
Y un NO le dijo:
"Hijo, quiero cerrar tras puertas de adoquines,
las puertas de El suelo que piso".
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"Y así fue como un Dragón, tras lagrimear por su vida inestable en cierta ocasión y volar a la torre a por su dosis de realidad, volvió a lagrimear esta vez sin hadas. No se hable más. Cerró primero el ojo derecho, después el izquierdo y apretó. Brotaron y sellaron ambas dos la historia. Así casi mejor.

Sin escamas, ni paredes de condición.
Pero sí momentos que te hacen ver
que todo en la vida es movido por el amor.

La vida te brinda, apenas levemente la ocasión,
Dragón.

No hay más suelo que pisar,
ahora que ya sabes: dedícate a volar.

Acabado todo, este libro cerró."
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Dedicado siempre a las Hadas.
A los que me siguen/seguían.
Al suelo que piso.
A las fuentes de inspiración.
Un trocito (trozanco) a Javi que me aguanta
y a Noe que lo hemos vivido siempre de cerca TODO.

Y siempre a ti, por lo que lo empecé y por lo que lo acabo.


HASTA SIEMPRE.
(puntoyfinal)

miércoles, 23 de noviembre de 2011

De la lluvia el cielo. De llover... los tormentos.

Deja de romper, gota
de resbalar por los cristales.
Deja de fundir, flota.
No te agarres a mis retales.

Oyes escupir, y jadear los carnavales.
Nubes que al salir, procesionan tempestades.

Se escuchó latir,
y en su ventana clamó a voces
no pudieron sino medir,
los pálpitos de exclamaciones.

Mostrando a revivir dos corazas:
Dos corazones.
Las gotas, de azul a gris,
encerrándose a mil tirones.
Con oscuro relucir apagan sus ojos acordes
y merman las vidas el fingir,
y retan a Dios los mismos pobres.

¡Sal de aquí, nube gris,
que azules son las hojas que miran:
son dos robles!
¡Clava susurros, encaríñate a mi...
no pares de asegurarme,
no hagas que mañana los llore!

Sí, volvieron los demonios
a sentarse, y a escupir fuego.
En forma de dientes alegres
y de añoros de mil cerezos.
Convierten en mi la ceniza,
que hace noches fundieron el hielo.
Martillean abril las lágrimas,
de HELARTE bajo oxidados hierros.

¡Decidme pues qué me depara el infierno!
Ya que este invierno,
me ocultáis tras todo cadenas de sus dos cielos.

¡Suplidme al ver que dormir es más que un acto reflejo!
Llevadme a mi, y sólo a mi.
Que por quererlos,
soy el payaso que desde hace días
cierro los ojos,
y ya nunca duermo.

lunes, 12 de septiembre de 2011

De verde

Prado de hierba verde
que sobre débil suelo levantas,
a parpadeos sutil hermosura
llenas mis ojos de esperanza.

Verde, que alzan los mares
bajo ellos, nutren vida las algas,
como verdes de tarde en estanque
saltan de papel tus inacabadas ranas.

Son así, con follaje abultan
de primavera inscrita, de rocío mojadas,
un candil, que para mi ocultas
destacaron, sobre blanco rosadas.

Al seguir, pues, mi vil escalada
por el tronco, que al árbol asfixia,
encontré pendiente, fría y colgada
de la foto, una piedra, bajo sonrisa.

Porque no hay quien llene más brisas
que esa luz de madrugadas,
al romperse, en mañana avisa
que de oriente viene, cálido y de mañana.

Ya que sí, sobre prado levanta
el dorado de las avenas,
un abril de mi garganta
cantando a cabellos rubios penas.

Sol, que a noche espantas
y persigues golondrinas, y verbenas
eres tú quien a verde levantas
y responsabilizas un llorar de arenas.

Ya que, a los raijos bajo
de marrón, de seco, de espada,
un mármol bien frío me trajo,
el adiós de aquella mañana.

Ya acabo, y describo
un silbor que va enredado,
en el pasto que aflora esquivo
y arriba sol, que pace dorado.

domingo, 4 de septiembre de 2011

Sábado

Sábado, retorna el hilo
que a semana parece esconderse.

Sábado, sigue el camino
imagino, que mis labios muerde.

Sábado, cuando ha llovido
a limpiar el alma, en lo verde.

Sábado, con triste sino
mi cabeza, la que siempre me pierde.

Es sábado, cuando imagino,
que de día despierte, para ir a verte.
Ahora sábado, termino,
con tez baja, de nunca más olerte.

Sí, triste termino,
al por última vez no poder mecerte.
Sí, de la pena amigo,
que sábado mira el techo...

Y hasta domingo, nunca duerme.

domingo, 28 de agosto de 2011

Palabras faltas

Me quedé sin palabras
y desde entonces,
del cielo no llueven flores
y claman las voces, que imaginarte son mis dolores,
y el llanto es el canto, de no oler tirabuzones.

Me quedé sin palabras
y desde entonces,
muere el arpa sin lagarta
que de aire llene mis pulmones,
esa trepa que me trepa, a solearme los balcones.

Y sigo aquí sin palabras
tras ya varios días,
este frío en la espalda,
con siempre cabeza vacía.

La traca final avisa,
cuando al fin corren telones,
y un aliento marcha aprisa...
Quedó sin risa. Quedó sin flores.

viernes, 12 de agosto de 2011

Lágrimas

Y los párpados se aprietan
entre sí para que caigan.

Esta noche... que te mezclas con la desgracia,
ya pasean cataratas, si mejillas de piedras tratan.

Como si todas ellas gritasen, pero en silencio callan,
y cual gotas evaporan, sacan de ti las entrañas.

Te desnutren, son la tiza,
que dibuja la metralla.
Del aire al suelo aterriza,
si ve que la bomba estalla.

No calla si deja escrita
que en papel yace mojada.
Aquí, que cuando me eriza,
veo la tinta emborronada.

Corazón que late aprisa
con el alma nadie ampara.
Esta noche son el lastre
que quiere que quiera:

A ti, mi hada.

lunes, 8 de agosto de 2011

Después de oler la vida

Es verano, y tan frío,
que cierro los ojos y me hielo.
Sin pasar de ese hilo,
y tiras de él para que venga en invierno.
Y que el infierno,
derrita el hielo de donde duermo.
Y que escondido,
me abrace el brío de aquel reflejo.

Porque te tragó,
por eso día a día beso aquel espejo.
No le doy más vueltas,
sólo yo se que estás ahí dentro.
Ensayo, no tengo oídos,
por eso te escucho tan lejos.
Ahora pinto, la playa donde nos rendimos prietos.

Que el agua del mar, dulce sabe mejor,
y tú sabes mejor que nadie. Mejor que yo.
Retales y suspiros, ese es tu sabor,
"Alardes de rayos grises"*, con fuego derretidor.

Me gustó caminar por la boca
que al sorber se mostró inerte,
descansando al filo de la copa
demostró a sí misma que se miente.

Quizá nunca precise
de calor que me convierte,
y me pregunte noche a noche
¿De qué color son mis ganas de verte?

"Color Abril es imaginar los brazo llenos.
Jugar así es sonreír, ganar el juego.
Un candil y su llama: el mejor agorero.
Mis ganas de verte: color reloj sin minutero"**

¿Qué hacer si cuando abrazo la almohada estás tú?
¿Qué hacer, si lejos de ser rosa, la gana de verte es azul?
¿Qué vivir, si al pensar en "mí" acabo pensando en "su"?
Roto el candil despierto, y sigue faltando luz.

Ya rojos quedan de no dormir,
mis ojos.
De duras, siempre a maduras,
mejillas a remojo.
Sangre que al salir escribe,
siempre escribe en rojo.
Que sabe que estás ahí,
encerrada entre cerrojos.

Es mi todo, superior a la suma de las partes.
Pinta en sí la bastilla, que tomaron aquel viejo martes.
Y martes, venus grita con oxidados alambres.
Con enredos, con mejillas, con puntillas y con enjambres.

Son alardes congelados, de una nieve que blanca arde.
Y hierve, que a pocos grados soy cobarde.
Corazón sereno, si las olas son la madre.
Entre hada y hada recita, su favorita, esta parte:

"Ya podrán fantasmas derrumbarme
y hacerse un hueco en mi nicho,
que ruina tras ruina, yo, levantaré otro castillo.
De ilusiones rotas y sueños perdidos;
De pedazos de historias y TE QUIEROS que aun no he dicho.
Y al asomarme al balcón de mis tormentos,
aullar con la voz de un grito:
¡Con sangre y vino, le daré sentido a mi camino!"***



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*Frase extraída de la canción "Con tragos de tu almohada", Álvaro Sánchez.
**Poema corto "¿De qué color son mis ganas de verte?", Álvaro Sánchez (no publicado).
***Fragmento de la canción "Sangre y vino", de Contranatura, aquella que escucho cuando como el fénix, debo resurgir de mis cenizas y alzar el vuelo, para reencontrarme contigo.