las lápidas del dolor venturero,
esqueje en geranio de amor austero,
miran y claman, y se va la vida.
Se relaja y ríe el sol cristalino
que loco tiembla y que enfermo llora,
si incansable persigue amapola,
sin ver caer el amargo destino.
Aun siempre oliendo a espinas y no a rosa,
jugando polen a construir castillos,
vuelan juncos, lavanda y mariposa,
Vuela la vida de agrillo en agrillo.
Flores de almendro, robles de ancianidad,
y luce mi sol, que brota amarillo.
Me huele a jazmín la verdad,
me duele cuando este lirio
Canta "Soneto y Soleá".
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